En la sección “Machismos cinematográficos” analizaremos los tráilers
de películas y películas en los que el o los personajes femeninos se perfilan como un
elemento accesorio que bien podrían ser sustituidos por un cervatillo en
peligro, una lámpara de pie o el típico póster de mujer en pelotas. Sin
entrar a evaluar si estas películas pasarán el Test de Bechdel, aunque el
sentido común ya nos indica todo lo contrario, estos avances dan un claro
ejemplo del trato que estos productos cinematográficos darán a sus mujeres
protagonistas.
Empezaremos con dos casos diferentes de un mismo mal:
El ejemplo número 1 es King Arthur: Legend of the Sword,
la producción del director Guy Ritchie que llegará a las pantallas españolas en
el mes de agosto. Aquí tenemos el clásico tráiler en el que la mujer (nótese el
femenino singular) que da la impresión de que vaya a pintar algo en la historia aparece
fugazmente. Se trata de Astrid Bergès-Frisbey y sus dos únicas incursiones en
el avance son tan breves que hay que verlo varias veces para darse cuenta de su
presencia. Suponemos que la han incluido porque hay un sector del público que
no va a ir a ver la película si no aparece alguien del género femenino, a ser posible de buen ver.
Mejor suerte parecen correr sus compañeros de reparto, a los
que reconocemos en el primer vistazo: el protagonista, Charlie Hunnam, Djimon
Hounsou, Eric Bana (todo apunta a que va a durar menos que Astrid en la
película pero es más conocido y hay que amortizar el caché), Jude Law, todos con su toque de protagonismo.
No vamos a negar que las películas de Guy Ritchie no abundan en personajes femeninos, o que la leyenda de Arturo sea
especialmente benevolente con las mujeres, pero ¿realmente
era necesario tanto tufillo a testosterona?
El ejemplo número 2 no es sólo un tráiler que hace gala de todo lo que no se debe hacer en términos de igualdad, sino que además es una ofensa
al buen gusto: Baywatch. Cualquiera de los avances de la película ilustra el
hecho de que las machiruladas cinematográficas pueden aparecer, haya o no mujeres
en escena. Analicemos uno al azar:
Si en King Arthur: Legend of the Sword teníamos que estar
muy pendientes para no perdernos las aparición de Astrid, aquí el caso es el
absolutamente opuesto: cuando los sobredimensionados abdominales de Dwayne
Johnson y Zac Efron desaparecen de la pantalla, todo lo que podemos ver son mujeres.
Con muy poca ropa, eso sí, aunque teniendo en cuenta que esto es una peli de
gente en bañador y que Dwayne y Zac han desarrollado su mastodóntico armazón
para suplir las carencias de vestuario, podría ser peor.
En los primeros compases ya sabemos que el prota absoluto va a ser el wrestler devenido en actor, anteriormente conocido como "The Rock", que nos va
a enseñar sus músculos queramos o no y le va a dar a la peli ese toquecillo
sutil a broma homófoba y rancia que tanto gusta. Para quien pensaba que esto
no era suficiente, nos regalan a Zac Efron haciendo de malote (y de gracioso),
en una pugna incansable con Dwayne por demostrar quién tiene la tableta
mejor cincelada de Baywatch. Que levante la mano a quien no le haya venido esto
a la cabeza.
Una especie de luz al final del túnel se vislumbra: el
rostro de Alexandra Daddario entre la multitud, pero todo había sido un espejismo,
ya que las únicas palabras que pronuncia son para referirse a los bamboleantes senos de
otra mujer. Lo típico que hacemos todas, vamos. Con Priyanka Chopra hacen un
segundo intento, pero todo desaparece entre sus escotados vestidos. Cero de
dos. ¿Coincidencia? No lo creo. El resto de féminas con frase no salen mucho mejor paradas de la contienda.
Vale que todos hemos visto la serie y nadie espera de la
película complejidad cinematográfica a lo Mulholland Drive playero, ¿pero la sobrecarga de
masculinidad a qué se debe? Últimamente el debate sobre la igualdad de sueldos en Hollywood
está más vivo que nunca, pero con este producto cinematográfico se abren las apuestas: ¿quién cree que Dwayne
y Zac negociaron sus sueldos y al resto del reparto (femenino) les dieron lo
que sobró? Pongánomos optimistas y soñemos que en algún momento del metraje dos
féminas hablarán de algo que no sean los personajes masculinos (Zac Efron
vestido de mujer hablando con Priyanka no cuenta).
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