martes, 24 de marzo de 2009

Porque en todas partes el cielo es el mismo

solamente abajo son distintas las cosas.

Porque llevaba más de una semana mirando al cielo cuando me di cuenta de que la vida se me escapaba por cada rendija que dejaba al descubierto, porque me sentía vulnerable y porque sólo conseguí que pasaran de largo siete días con sus siete noches.

Tras las nubes vislumbré un atisbo de esperanza, pero no era más que otro sueño que se marchaba.

Traté de recordar porqué cada día me sentaba junto al mar, esperando algo que no recordaba, pero para cuando tuve fuerzas para levantarme, todos mis sueños se habían desvanecido. De cómo pasar la vida siendo sólo espectador, capítulo segundo.

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