martes, 10 de julio de 2012

Raquel Meller en la Biblioteca Nacional


VIOLETAS DE OJOS TRISTES

“El mito trágico de Raquel Meller”
Museo de la Biblioteca Nacional de España. Sala de las Musas
Comisario: José Luis Rubio
Hasta el 30 de septiembre

Cincuenta años después de la muerte de los ojos más tristes del cuplé español, a los que incluso se dedicó un número especial de la revista Nuevo Mundo, la Biblioteca Nacional rinde homenaje a Raquel Meller, la artista que supo plasmar con sentimiento toda la emoción de un cuplé, cantado desde el corazón y siempre para un público encandilado. “El mito trágico de Raquel Meller” se esconde, entre facsímiles e incunables, hasta el 30 de septiembre en la sala de las Musas de la BNE, en la que los originales de la biblioteca descansan cada tres meses para dar paso a exposiciones temporales.

La muestra repasa los cincuenta años de carrera de la artista con una selección de discos, partituras, fotos y recortes de prensa en los que se invita al espectador a sumergirse en la vida y la obra de la mujer que popularizó “El relicario” y “La violetera”, canción que fue compuesta por el maestro José Padilla para otra cantante, pero en cuya partitura original proclama “Creación de Raquel Meller”. Desde la primera grabación en acústico de “El relicario” en 1918, hasta su despedida discográfica en 1946, pasando por la grabación eléctrica de “La violetera” con motivo del estreno de la película “Violetas imperiales”, en la exposición se pueden escuchar muchas de las canciones que grabó en su vida, compuestas por los grandes de la época como Juan Martín Abades y Jacinto Guerrero. También el cuadro que pintó de ella Joaquín Sorolla, la colección de cromos con su efigie que decoraron durante unos años las cajas de chocolate Amatller, la caricatura de Manuel Tovar, el retrato más famoso de la cantante, de P. Apers y su gran logro periodístico, la portada de la revista Time el 26 de abril de 1926, con motivo de su debut en Nueva York, han sido rescatados para conmemorar la figura de la grande del cuplé. Un ciclo de conferencias y la proyección de la película "Carmen" el 19 de septiembre completan la muestra.

“Cautivadora y arisca, genial e insoportable”
Se dice de la Meller que tenía mal carácter (llegó a abofetear a La Argentinita por atreverse a imitarla en escena), aunque ella afirmaba que eran los demás quienes le obligaban a tenerlo, pero también se dice que cantaba los cuplés como nadie, que dotó a la canción popular de una complejidad y plenitud literarias que ninguna cantante hasta entonces había sabido transmitir y que le dio a ésta un alma profunda y grave (R. Cansinos-Assens). Nacida en Tarazona (Zaragoza) en 1888, Francisca Marqués López creció en el seno de una familia humilde y se crió durante una temporada con una de sus tías en un convento; por fortuna, su vocación no le llevó al terreno de lo religioso, porque dicen quienes la conocieron allí que “de haber sido monja se habría llamado Sor Demonio”. 

Debutó en el escenario en febrero de 1907 en Barcelona con el nombre de la Bella Raquel, en Madrid impresionó al público con un repertorio de tono picante que, sorprendentemente, encandiló más que escandalizó. Charles Chaplin quiso contar con ella para "Luces de la ciudad" e incluso Frank Sinatra y Edith Piaf imitaron años después la puesta en escena de su estreno en Nueva York; se atrevió con todo, desde pasodobles hasta chotis, habaneras y fox-trots, cantó en catalán, gallego, valenciano, francés, inglés y todo lo que se le puso por delante y recorrió los escenarios de medio mundo durante casi 30 años, hasta que la guerra civil española le obligó a mantenerse alejada de su patria. A su vuelta, el público la había olvidado, aunque algunos periodistas y escritores intentaron rescatar su figura del olvido; ya nadie entendía su música y pocos recordaban quién era. Juan de Orduña llegó a pedirle consejo antes de la filmación de la película "El último cuplé", pero después, se olvidó de ella. A pesar de todo, siguió cantando hasta 1958, año en el que dio su último espectáculo en Barcelona. En 1962, la voz y la vida de Raquel Meller se apagaron, haciéndose eco de ello una doble página del periódico La Vanguardia en la que se rememoró la vida de la gran artista española.

1 comentario:

Diana Toledano dijo...

"No hablemos tan bien de ella que todavía no está muerta". Ah, que sí lo está...

Señorita periodista, muy buen artículo. Me han encantado las anécdotas, especialmente la de Sor Demonio.