martes, 26 de enero de 2010

Cenizas a las cenizas

Un ataúd destartalado.
Ramos de flores agostadas, cayendo, pétalos ennegrecidos mecidos por el viento.
Coronas rotas, el reflejo del reino que un día tuvimos, nosotros, reyes destronados, olvidados, maldecidos por el tiempo.
Todo perdido, sin sentido, lo que un día fuimos ya nunca jamás volverá.
A los que nos precedieron fue nuestra raza quien los olvidó, los que vinieron después ya no se acuerdan de que los mismos frutos que crecen en sus árboles son los que comíamos nosotros cuando pensábamos que seríamos inmortales.

Polvo al polvo.

Reza por nosotros, por las almas perdidas que añoran tiempos de gloria.
Reza frente a las astillas de lo que una vez fue el lugar que muchos honraron.
Reza por todos los que vendrán.
Reza por los olvidados.

Polvo eres y en polvo te has de convertir.

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