Cansado
de ser yo mismo vivo en un desasosiego perpetuo. Mirando la vida desde un punto de vista menos trágico y caótico resultó que tampoco me parecía menos molesta. Huyendo de los que me rodean, pasando por malos momentos por no querer aguantar sus llantos, sus manías, sus malos modales, sus gritos, sus insultos.
Sé lo que soy, sé quién soy y no quiero que me lo repitan, conozco mis defectos y mis virtudes, mis escasas virtudes y mis numerosos defectos, paso por encima de mí mismo cuando sé que estoy siendo maleducado.
He descansado sobre las consecuencias tantas veces que sufro por no poder cambiar el futuro y por no ver más allá de lo que tengo enfrente. Y al final lamentarse nunca lleva a ningún sitio, cansado de no poder ser yo mismo, llorando por dentro y volviendo siempre al mismo sitio. De cómo descansar sobre las consecuencias, capítulo primero.
de ser yo mismo vivo en un desasosiego perpetuo. Mirando la vida desde un punto de vista menos trágico y caótico resultó que tampoco me parecía menos molesta. Huyendo de los que me rodean, pasando por malos momentos por no querer aguantar sus llantos, sus manías, sus malos modales, sus gritos, sus insultos.
Sé lo que soy, sé quién soy y no quiero que me lo repitan, conozco mis defectos y mis virtudes, mis escasas virtudes y mis numerosos defectos, paso por encima de mí mismo cuando sé que estoy siendo maleducado.
He descansado sobre las consecuencias tantas veces que sufro por no poder cambiar el futuro y por no ver más allá de lo que tengo enfrente. Y al final lamentarse nunca lleva a ningún sitio, cansado de no poder ser yo mismo, llorando por dentro y volviendo siempre al mismo sitio. De cómo descansar sobre las consecuencias, capítulo primero.
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